Es una pregunta tonta lo sé. Pero a veces es tan difícil despedirse sin sentir que los sentimientos te remueven el estómago. Hoy me despido de un año que pasó. Aunque no es 31 de diciembre, aunque no es tiempo de celebrar, es más bien, tiempo de dejar pasar, de seguir. (And life goes on...)
Dejo atrás recuerdos, momentos, palabras, paisajes, emociones, acciones, dejo atrás el viento que se llevó frases, que me trajo aromas. Dejo atrás el frío que me congeló las orejas, la nieve que siempre odié, y el calor penetrante que me hace sudar cada gota con desgano.
Amé esta ciudad y aún no puedo creer que esté partiendo sin sentir agonía o desazón. Chicago se robó mi corazón. The windy city, The Sears Tower, Navy Pier, Michigan Avenue, The Dark Night (jajaja eso es como fuera de contexto pero es una de las razones por las que me enorgullezco de esta ciudad) todos esos sitios poseen una parte de mi.
Esta experiencia me cambió totalmente. Soy una nueva persona. Alguien libre (descubrí que puedo volar sin tener alas), ahora disfruto de las cosas más simples, observo detalladamente y guardo cara imágen en mi mente, cada movimiento, cada color..
Hoy me despido para saludar. Hoy me despido de mi.
No me gustan las despedidad ni las llegadas. No me gustan los llantos fingidos. Y asi serán mis lágrimas, fingidas, porque apesar de que me voy, de que sé que no volveré sino hasta dentro de mucho tiempo, la alegria invade mi corazón y lo llena de extasis.
Me encanta la ansiedad, me encanta que mi corazón lata a 100 beats por hora (me hace sentir viva) de esa manera sé que soy feliz y que el momento que tanto esperé ha llegado.
Hoy dejo mucho atrás, pero mañana encontraré todo lo qu ese me viene por delante.
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